Empleo femenino en La Araucanía: Se visualiza estabilización a tres años de la pandemia
En términos de inserción laboral, los sectores con mayor ocupación femenina están asociados a servicios o roles de cuidado, cómo la salud y enseñanza. A su vez, se observa que las ocupaciones a la que mayormente pueden acceder mujeres y hombres están mediadas también por estereotipos basados en el género.
La información fue entregada por el Observatorio Laboral del Sence en La Araucanía.
Si bien históricamente los niveles de ocupación masculina han sido mayores que la femenina, la crisis sanitaria del Coronavirus afectó de manera significativa a las mujeres, provocando que muchas salieran del mercado laboral dado el cierre de puestos de trabajo, principalmente en sectores comerciales y de servicio.
Sin embargo, actualmente se visualiza un incremento sostenido en el tiempo que culmina con una fuerte recuperación a principios del año 2022. Por su parte, durante este último año, se contempla una estabilización del empleo femenino con algunas variaciones durante el año para encontrar otra recuperación a finales del año 2022 con la llegada del empleo estacional propio de la época estival.
Estos indicadores forman parte del último informe presentado por el Observatorio Laboral Araucanía del Sence, desarrollado por la Universidad de La Frontera, que busca caracterizar el empleo femenino regional en el marco del Día Internacional de la Mujer.
En este contexto, la Seremi del Trabajo y Previsión Social, Claudia Tapia de la Peña, explicó que “efectivamente esta brecha existente en materia laboral se vio acrecentada por la pandemia, cuando muchas mujeres, que generalmente cumplen un doble rol, debieron dejar sus trabajos para priorizar el cuidado de sus hijos o de adultos mayores, lo que significó que la tasa de desempleo femenino subiera de un 8,0% en la medición entregada en el mes de febrero de 2020, a un 15,0% en la medición publicada en julio del mismo año en plena emergencia sanitaria”.
Por su parte, el director del Observatorio, Camilo Rosas, puntualizó que de cada 10 personas que desarrollan este tipo de tareas, 9 son mujeres. Sin embargo, la última medición muestra que se han ido incorporando nuevamente a la fuerza laboral, arrojando que la tasa de participación de mujeres en el mercado laboral aumentó en 3,3 puntos porcentuales en un año, llegando a un 45,2%. En otras palabras, hay 6 mil 767 mujeres más ocupadas que hace 12 meses.
Apoyos a la empleabilidad
El director (S) del Sence Araucanía, Alex Redel, añadió que también en materia de capacitación para mujeres se han visualizado avances: “La participación femenina en programas del Sence alcanza el 47% del total de personas beneficiadas en La Araucanía, con 5.276 mujeres que han participado en cursos durante 2022, acortando cada vez más la brecha con los hombres. Asimismo, representan el 58% de quienes han recibido subsidios al empleo el 2022 a nivel regional, lo que se traduce en que 78.279 mujeres se han insertado al mercado laboral y se han mantenido en su puesto de trabajo”.
Finalmente, la Seremi del Trabajo, explicó que en materia legislativa se están llevando adelante proyectos como la ratificación del convenio 190 que aborda la violencia de género y acoso en espacios de trabajo, y la esperada Ley de reducción de la jornada laboral a 40 horas que se hace cargo de la conciliación de la vida familiar y el trabajo, compromisos del Presidente Boric enmarcados bajo el concepto de “trabajo decente” y que vienen a entregar mayores garantías a las trabajadoras, añadió.
Brechas de género
Otro de los aspectos que profundiza el informe son las brechas que afectan a las mujeres para su integración, mantención y desarrollo dentro del mercado del trabajo, siendo estas sustentadas en diferencias y estereotipos basados en el género como elementos reproducidos culturalmente en distintos niveles de la vida social, familiar y organizacional.
Dichos estereotipos han provocado importantes formas de desigualdad asociadas al ámbito laboral, las cuales, si bien son estructurales en nuestro sistema social, se incrementaron producto de la crisis sociosanitaria que gatilló la pandemia.
De este modo, los hombres han concentrado de manera significativa puestos de trabajo que concentran mayor desenvolvimiento de fuerza y riesgos físicos, como la operación de instalación y maquinaria u operarios de oficio y artesanías, pero también inserción en cargos de dirección o jefaturas con casi 7 de cada 10 cargos directivos masculinizados. Además, se observan estas desigualdades en las oportunidades de ascender dentro de una organización o rubro para las mujeres, quienes muchas veces deben asumir roles más administrativos, o de cuidado en las organizaciones o se ven imposibilitadas a ascender por preconcepciones culturales y por tener que atender otras responsabilidades no remuneradas siendo menos valoradas para insertarse en cargos directivos o jefaturas que tienden a demandar jornadas laborales más extensas.
- Finalmente, se da cuenta de una necesidad de avanzar en cambios culturales e integrar una perspectiva en la cual, se valorice por un lado el aporte de los distintos géneros, desde su diversidad y complemento, a las tecnologías y otras actividades relevantes para el desarrollo de los talentos humanos.